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Siempre nos preguntamos ¿cómo vencer el miedo?, porque solemos interpretar el miedo como algo malo e indeseable, que tratamos de eliminar o evitar; con frecuencia, en nuestro intento de huir de él, deformamos nuestra rutina, nuestros planes, nuestros proyectos y por ahí derecho, nuestra vida; a veces, a un punto tan extremo que terminamos viviendo una vida que no queremos vivir.

(Incluso, aquí mismo, en artículos anteriores hemos buscado formas de derrotar el miedo)

Pero el miedo no es necesariamente algo malo para nuestras vidas. Sí, es cierto que es una sensación incómoda; sin embargo, en él se esconden cosas buenas; detrás del miedo puedes encontrar crecimiento, fuerza, propósito, claridad, confianza, e incluso, la misma fórmula para vencerlo.

Por eso, en este artículo vamos a explorar algunas ideas que nos pueden ayudar a cambiar la forma de ver al miedo, nos pueden ayudar a hacer las paces con él y a verlo más como una herramienta.

Al otro lado del miedo está tú crecimiento

A veces, el miedo nos dice que no vamos a ser capaces de realizar cierta tarea, de cumplir cierta misión, de llevar a cabo cierta hazaña, de montar cierto proyecto, de alcanzar cierta meta. La triste realidad, es que normalmente cuando  sientes que eres incapaz de hacer algo es porque realmente lo eres. En estas situaciones el miedo aparece como una premonición de que todavía no das la talla, de que todavía no eres capaz, de que todavía no eres lo suficientemente bueno.

Pero esto no significa que nunca vayas a poder lograrlo, sólo significa que debes desarrollar tus habilidades si quieres hacerlo.

Cuando esto sucede tu tienes dos opciones, puedes decir “no gracias”, dar la vuelta, evitar el reto y quedarte en tu zona de confort, donde nada te cuestiona ni te reta, donde sientes que eres suficiente. O puedes elegir convertirte en la persona que sí da la talla, que si es capaz de cumplir con la misión.

Llegar a ese punto no es gratis ni fácil, para llegar allí, debes ir tras esa tarea que te da miedo, debes encontrar tus falencias, debes encontrar dónde se quedan cortas tus habilidades para luego trabajar en corregirlas y después volver a intentar y repetir el proceso hasta lograr el objetivo.

Sólo persiguiendo y enfrentando tus miedos vas a ver cuáles son las áreas donde necesitas mejorar, sólo por este camino vas a ver cómo es que puedes crecer.

Lo que debes entender es que tus habilidades actuales ya te llevaron tan lejos como te podían llevar. 

Si quieres llegar más lejos de donde te encuentras ahora, debes desarrollar nuevas habilidades o profundizar en las actuales; pero debes, de forma intencional, ponerte en situaciones que te reten, que te permitan aprender y que te hagan crecer de forma significativa; si no lo haces, el lugar en que estas ahora es el mismo donde vas a estar en 5 años.

Lo que diferencia las personas que tienen éxito de las que no, es que ellas no ven el miedo como un obstáculo que deben evitar, lo ven como un escalón que deben subir para poder crecer y,  además, marca el camino que deben seguir para alcanzar sus objetivos.

Al otro lado del miedo está tu fuerza

Si le temes al dolor, al sufrimiento, a la incomodidad, a pasar malos ratos; es importante que sepas que al otro lado de este miedo no sólo hay crecimiento, también hay fuerza. Porque la base de la fuerza es el dolor.

Es en los momentos difíciles, incómodos, de dolor y de sufrimiento, donde desarrollamos nuestra fuerza y nuestras habilidades. Así como para fortalecer nuestros músculos, debemos esforzarlos hasta el límite, hasta que duelan; de la misma forma, para fortalecer tu mente debes ponerte en situaciones de presión y estrés.

La fuerza mental se desarrolla al demostrarnos a nosotros mismos, que somos capaces de hacer lo que creíamos que nunca íbamos a ser capaces de hacer.

Yo, personalmente puedo decir que debo mis habilidades, mi fuerza y mi conocimiento principalmente a los momentos duros que he vivido; a los momentos difíciles; a los momentos incómodos; a los retos que he enfrentado, unos porque quiero y otros porque me toca; a los momentos donde no sé qué decisión tomar; a los momentos donde no tengo claro qué quiero hacer con mi vida; a mis crisis existenciales.

Y estoy seguro que si vos buscas los orígenes de tus habilidades, vas a encontrar que se desarrollaron en los momentos retadores de tu vida; que los capítulos de los que estás más orgulloso/a, son esos en los que lograste superar una dificultad que probablemente pensaste que no ibas a lograr atravesar; que lo que hace tu historia interesante son los momentos difíciles que has tenido que vivir y que has debido superar.

Entonces, entiende que tu fuerza está ahí, justo al otro lado del miedo. Entiende que la cura para el miedo es precisamente hacer eso que temes, es enfrentar ese reto que quieres enfrentar pero que te paraliza. Ahí, es donde encuentras la confianza en tí mismo/a y, paradójicamente, ahí es donde encuentras la fórmula para vencer tus miedo.

Al otro lado del miedo está tu propósito

Hacer que nuestra vida valga y aportar al crecimiento de la humanidad, y/o el planeta no es tarea fácil. Buscar y perseguir nuestro propósito nos lleva por caminos inciertos, difíciles y retadores.

Seguir el camino que lleva a tu propósito es una de las decisiones que más miedo genera, porque es un camino nuevo, desconocido e incierto; porque no está trazado ni garantizado; porque se sale de lo que la sociedad considera “normal” y por tanto, levanta comentarios y críticas en las personas que nos rodean.

Tanto miedo genera que realmente son muy pocas las personas que deciden buscar su propósito, desarrollar todo su potencial y llegar a ser la mejor versión de quien pueden llegar a ser.

Pero si vos querés llegar en paz al final de tu vida y querés sentir que tu vida tiene un propósito, debes enfrentar este miedo. Debes buscar tu propósito y luego perseguirlo.

Míralo de esta forma: 

Hay un grupo de personas específicas en este mundo que necesitan tu ayuda, son personas que están pasando problemas o que están perdidas en la vida, que sólo vos podes ayudar, tal vez por los recursos que tienes, tal vez por tu forma de hablar, tal vez por el lugar donde vives; puede ser 1 persona, pueden ser 100 o pueden ser miles; pero tu misión es encontrarlas y ayudarlas. Ese es tu propósito.

Y si vos no encontrás el coraje y la fuerza para desarrollar todo tu potencial y utilizarlo para ayudar a los demás, para encontrar el regalo que tienes dentro y dárselo al mundo. Esas personas nunca van a recibir esa ayuda que necesitan y tú te vas a ir de este mundo sin haber ayudado a hacer que fuera un mejor lugar, sin dejarlo mejor que como lo encontraste.

Por eso, es importante enfrentar tus miedos, para poder hacer que tu vida, ese regalo tan inmenso que te ganaste por pura suerte, sea bien usada. (ver ” El valor de la vida”).

Deja de huirle tanto al miedo, a la incertidumbre y al dolor, porque como dice Trent Shelton: “Dios permite que pases por situaciones que no entendes, para que logres llegar al lugar donde debes y necesitas llegar”.

Y si estas peleado con la idea de Dios, pues cambia esa palabra por “la vida”, “el destino” o “el devenir”, lo que te funcione mejor. Pero aférrate a esta idea que te puede ayudar mucho a atravesar los momentos de dolor y las dificultades.

 

Optimismo y perspectiva para recorrer caminos inciertos

El miedo es crear en nuestra mente un resultado conocido y negativo a una situación que aún no hemos vivido. Es predecir qué va a pasar si tomo determinada acción, pensar que el resultado será perjudicial y luego creerse la predicción hasta sentir que es 100% seguro que si tomamos ese camino, vamos a obtener ese resultado.

Muchas veces estamos tan convencidos de que el resultado será perjudicial que preferimos evitar intentarlo y simplemente renunciar; y en las ocasiones en las que de todas formas lo intentamos lo hacemos pensando que vamos a perder, no lo hacemos con ganas ni le metemos toda la energía, ni hacemos nuestro mejor esfuerzo. Esto hace que nuestra predicción se vuelva una profecía que se autovalida y efectivamente perdamos, fracasemos, quedemos en ridículo, perdamos dinero, en fin, que efectivamente obtengamos nuestro resultado perjudicial.

Pero no es una obligación pensar que el resultado va a ser perjudicial, también podemos pensar que será favorable, podemos ser optimistas al respecto. Esto hará que cuando entres a la competencia, a la prueba, o cuando enfrentes la situación; lo hagas con una mejor actitud y aumenten las probabilidades de obtener un resultado positivo.

Es como dicen por ahí: Vos nunca vas a entrar al ring de pelea si lo único que te dices a ti mismo es que vas a perder; ¿para qué entrar?, ¿para qué entrar si no puedes ganar?; tienes que pensar que puedes ganar para siquiera considerar entrar; es más, debes pensar que vas a ganar para que entres con la actitud necesaria para hacer que eso suceda.

Por otra parte, si el miedo usualmente logra hacer que no te atrevas a hacer lo que quieres, y piensas que es porque tú eres así, que vos simplemente no tenes la fuerza necesaria para vencer tus miedos y seguir avanzando; una conclusión a la que llegaste tal vez porque ya en el pasado intentaste muchas veces vencer tus temores, pero no lo lograste, y al final te diste por vencido/a. 

Si este es tu caso, ten presente que solo por el hecho de haber tenido un capítulo (o varios) de tu vida donde el miedo te derrota; no significa que toda tu historia tenga que ser igual.

Todos hemos vivido malos capítulos a lo largo de la vida, capítulos donde no dimos la talla, incluso las personas exitosas que admiras.

Sólo necesitas encontrar la fuerza necesaria para pasar la hoja y seguir escribiendo tu historia. Una historia donde, aunque sepas que lo que viene no es fácil, igual lo enfrentas; una historia donde das todo lo que tenes por dar; una historia donde te conviertes en esa persona segura, fuerte y confiable que te gustaria ser.

El miedo es una buena brújula

Hay momentos donde la vida te da opciones, donde el camino que recorres se bifurca y debes elegir en qué dirección continuar. Como cuando debes elegir qué carrera quieres estudiar, si cambiar o no de trabajo, irte de viaje o no hacerlo, meterte o no a una relación, iniciar o no iniciar un proyecto. Elegir a veces se torna complejo, porque debemos considerar muchos factores como, el costo, la dificultad, la probabilidad de éxito, las sensaciones que nos va a generar, las opiniones que van a tener los demás; y a veces no es clara la decisión que debemos tomar, tal vez, porque hay una opción que nos llama la atención pero es muy incierta, hay un camino que nos gustaría tomar pero sabemos que los demás nos criticarían, o hay una que no nos gusta mucho pero su probabilidad de éxito es muy alta. 

El asunto es que normalmente sentimos que hay una opción que quisiéramos, pero nos da miedo y otra (u otras) que aunque no nos llama tanto la atención, nos tienta porque se siente más fácil o más segura; son momentos donde se siente como que hay un camino fácil y uno difícil. Estos momentos de decisión son muy importantes, porque es en esos momentos, cuando construyes quien eres.

Tú puedes elegir el camino de menor resistencia buscando una vida “fácil” y cómoda (qué muy seguramente no encontrarás por ahí), o puedes elegir el camino que te haga crecer, que te haga evolucionar, que haga que te conviertas en la mejor versión de quién puedes llegar a ser.

Si esta es tu elección, si quieres dar todo lo que tienes para dar y quieres hacer que tu paso por esta vida sea tan significativo como puede llegar a ser entonces, cuando te enfrentes a estos momentos cruciales, donde debes decidir qué camino tomar, usa el miedo como tu brújula.

El miedo siempre apunta a la opción que más te va a hacer crecer; casi nunca es la opción más fácil, ni la más rápida, ni la más agradable, ni la menos dolorosa; pero sí, la que te va a hacer evolucionar más y que a largo plazo mejorará más tu vida. Con eso puedes contar.

Porque el miedo se genera por la incertidumbre, las dificultades  y la resistencia que plantea ese camino; y como dijimos antes, es en el enfrentar esos retos y dificultades donde encuentras tu crecimiento y tu fuerza.

Así que, si quieres vivir la mejor vida que puedes llegar a vivir, cuando debas decidir qué rumbo darle a tu vida, elige esa opción que sientes que quieres pero que a su vez es la que más te atemoriza. Usa el miedo como tu brújula.

¿Qué podemos concluir?

El miedo es una mecánica que traemos dentro, que nos puede ayudar o perjudicar y que debemos aprender a controlar. Pero no es una sensación que debamos catalogar como puramente negativa, de la cual debamos huir siempre; porque también esconde cosas positivas.

Esconde tu fuerza porque es en los momentos de dolor e incertidumbre donde la desarrollas.

Esconde tu crecimiento porque es al enfrentarte a los retos que te quedan grandes, cuando te vas a ver forzado a aprender y desarrollar nuevas habilidades.

Esconde tu propósito porque el camino que te lleva a ser la mejor versión de quién puedes llegar a ser, está custodiado por el miedo; pues requiere que desarrolles tu fuerza y tus habilidades.

TL;DR (Too Long; Didn’t Read)

Todos tenemos que lidiar con el miedo en nuestras vidas; usualmente, lo clasificamos como algo malo que debemos vencer y de lo que debemos huir; y aunque en muchas ocasiones esta es la forma adecuada de ver el miedo, no siempre es el caso.

El miedo también esconde algunas de las cosas más importantes y valiosas que podemos encontrar en la vida.

Esconde tu crecimiento: porque el miedo a veces aparece cuando sabes que no das la talla y tu puedes, huir y quedarte en tu zona de confort o puedes enfrentarlo y convertirte en la persona que sí es capaz de superar el reto.

Esconde tu fuerza: Porque la fuerza se desarrolla al enfrentar la adversidad y los retos, en la incomodidad y el dolor. La fuerza se desarrolla al demostrarnos que somos capaces de hacer eso que creíamos que nunca íbamos a ser capaces de hacer.

Esconde tu propósito: Porque hay algo que necesita este mundo y solo tú puedes dárselo, pero para hacerlo, necesitas convertirte en la mejor versión de ti mismo y este es un camino desconocido, incierto y retador, custodiado por el miedo.

Cuando logres reconciliarte con el miedo, y entiendas que aunque sea incómodo no es tan malo, trata de ser optimista para poder enfrentarlo; luego, incluso, úsalo como tu brújula cuando debas elegir qué dirección darle a tu vida, para que le saques todo el provecho.

Este artículo está en varias versiones para que lo consumas como más te guste.
(Todas dicen más o menos lo mismo)

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