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Uno de los miedos que más perjudican nuestras vidas es el miedo al fracaso. Le tememos a las críticas de los demás, a la desaprobación, a las miradas acusantes, a las burlas, a la humillación; y con mucha frecuencia este temor hace que abandonemos nuestros sueños y proyectos mucho antes de siquiera intentarlos.

Sabemos que vencer el miedo es una tarea realizable pero no sencilla, sabemos que debemos entender sus dinámicas (Ver: “Las dinámicas del miedo”), identificar cuándo debemos enfrentarlo (Ver: “¿Cuándo debemos enfrentar el miedo?”) y trabajar en cultivar la fuerza necesaria para poder hacerle frente cuando decidamos hacerlo (Ver: “¿cómo cultivar la fuerza necesaria para vencer al miedo?”). Pero en este artículo vamos a detenernos y nos vamos a enfocar en el miedo al fracaso como tal. Porque todos somos vulnerables a él y sus consecuencias pueden ser desastrosas para nuestra vida.

El miedo al fracaso puede atacar cuando estamos en un cambio de etapa, cuando queremos cambiar algo en nuestra vida o simplemente cuando queremos hacer algo nuevo o diferente. Tal vez cuando estamos iniciando nuestra vida profesional o estamos cambiando de trabajo; de pronto cuando queremos mudarnos a una nueva ciudad; quizá cuando queremos empezar un nuevo proyecto, hacer una inversión, montar una empresa o volvernos independientes; o incluso, cuando simplemente queremos iniciar un nuevo hobbie.

El problema es que si no encontramos una forma efectiva de derrotarlo, nos arriesgamos a quedarnos estancados y a vernos forzados a conformarnos con una vida que no nos satisface. Por eso, en este artículo vamos a explorar 3 ideas que pueden ayudarnos a desarmar el miedo al fracaso y darnos la energía necesaria para enfrentarlo y vencerlo.

1- Redefine lo que significa ganar

Cuando queremos hacer un cambio en nuestras vidas e iniciar una nueva etapa o proyecto, todos buscamos siempre tener éxito…  pero, ¿qué significa tener éxito?

La sociedad suele definir el éxito como: tener dinero, ser famoso, conducir un coche costoso, vivir en un apartamento grande y en un lugar bonito de la ciudad, ir a restaurantes elegantes, tener un puesto importante en el trabajo, viajar alrededor del mundo y, si tienes hijos, que ellos asistan a un colegio reconocido, que hagan una carrera profesional prestigiosa, etc.

Por otro lado, tal vez sientas que para ser exitoso también es necesario sentir que tu vida tiene un propósito, y que tu actuar te llene de orgullo; tener un impacto positivo en el planeta y dejar un legado para la humanidad; tener un estilo de vida tranquilo y no tener preocupaciones; formar una familia y criar hijos honrados, trabajadores y respetuosos; o estar siempre estudiando, aprendiendo cosas nuevas e investigando los secretos del mundo que nos rodea. 

El problema es que, si para ti tener éxito es cumplir con todo lo que acabamos de mencionar, osea, cumplir todas las expectativas que se te ocurran y además satisfacer las expectativas que la sociedad impone, y el no lograrlo es fracasar, entonces el temor al fracaso te puede invadir y paralizar fácilmente. Porque la expectativa es irreal, no sólo porque es demasiado lo que se espera de ti, sino que incluso algunas expectativas son incompatibles entre sí. Es una expectativa tan alta e irreal que te puede persuadir de intentarlo y hacer que te  quedes en lo que ya conoces, en tu zona de confort, donde “nada malo” sucede pero tampoco nada bueno.

Pero el éxito no tiene por qué significar todo eso y no tienes la obligación de complacer las expectativas de todo el mundo. Tú tienes la capacidad y la responsabilidad de definir en cada momento de tu vida lo que para ti significa tener éxito.

Es importante que seas consciente de tu realidad, que entiendas en qué etapa de la vida te encuentras, que sepas cuáles son tus prioridades, tus motivaciones y definas tus parámetros de éxito según tu contexto.

Es importante que limites lo que para ti significa tener éxito o que por lo menos definas prioridades en tus aspiraciones, para que así, la misión se sienta realizable, para que sepas cuál es el siguiente paso y puedas conjurar la fuerza necesaria para darlo.

Debes encontrar esta definición de manera personal y ésta se debe acomodar a ti. Porque tal vez, para un deportista el éxito sea alcanzar la excelencia en su deporte; porque para un naturalista puede que el éxito sea vivir una vida austera, tranquila y de bajo impacto ambiental; porque quizá, un empresario defina el éxito como lograr impactar la sociedad positivamente; porque probablemente, el éxito para un joven debería ser aprender cómo funciona la vida y la sociedad; porque para un abuelo el éxito puede ser simplemente compartir tiempo con su nieto; porque para una madre soltera puede que el éxito sea criar y educar a sus hijos; porque para ti el éxito debe significar el dar el siguiente paso que te haga sentir que tu vida vale la pena.

2- Deja de preocuparte por la opinión de los demás

Si nos ponemos a investigar, y preguntamos por qué la gente no hace lo que quiere hacer; por qué no inician el proyecto que quieren iniciar; por qué no estudian lo que quieren estudiar; por que no eligen el camino que quieren elegir. La respuesta por lo general hace referencia al miedo al fracaso, pueden decir que no quieren perder dinero, que no quieren arriesgar la estabilidad de su hogar, que temen que el negocio no funcione, etc.

Pero si indagamos más y buscamos a mayor profundidad, lo que casi siempre está por debajo es el miedo a lo que otras personas van a pensar de ellos si fallan. Les preocupa que si fallan, su familia, amigos o el público en general les digan que nunca lo debieron intentar, que fallaron porque no les hicieron caso; que era obvio que no iba a funcionar; que debieron haberse quedado en su anterior carrera; o que se sienten desilusionados y decepcionados.

Este miedo es muy común y muchos lo tenemos; sin embargo, es perjudicial y para desarmarlo hay dos ideas que debemos entender e interiorizar.

a-Nadie te conoce de verdad

No tiene lógica que pongas las opiniones de los demás por encima de las tuyas, porque la realidad es que nadie te conoce de verdad, ni siquiera tu mejor amigo, ni tu mamá, ni tu pareja, ni tu hijo, ni nadie.

Nadie conoce toda tu vida, ni sabe lo que piensas y sientes todo el tiempo como para saber realmente cuál es la decisión que más te conviene o la que tiene más sentido para tu vida. Sólo tú tienes el “100%” del contexto de tu vida y es por eso que no debes valorar las opiniones de los demás por encima de la tuya.

Está muy bien escuchar las opiniones de los demás, pero debes tener claro y recordar siempre que éstas están basadas en un contexto incompleto de tu vida; entonces, lo que debes hacer es escucharlas, entenderlas, analizarlas y decidir si las debes interiorizar o no.

Lo importante es que entiendas que la última palabra la debes tener tú, que debes defender y respetar tu perspectiva. Al fin y al cabo, serás tú el que deberá enfrentar las consecuencias de tus decisiones.

b-¿En frente de quién tienes miedo a fracasar?

Si el miedo al fracaso te logra bloquear y evita que persigas tus objetivos o tus sueños, la verdadera pregunta que te deberías estar haciendo es:

¿En frente de quién tengo miedo a fracasar?, ¿Quién es esa persona cuya desaprobación o crítica me destruiría?

Quizá sea tu mamá, tu papá, tu pareja, tu hermano, tu amigo, tu profesor o tu mentor; normalmente es alguien cercano, alguien cuya opinión valoras mucho, alguien que admiras.

Muy comúnmente la gente siente algo como: “…yo soy capaz de lidiar y soportar el rechazo y la crítica del público en general, pero si esta persona no me apoya, no sería capaz de soportarlo… entonces, mejor ni lo intento”

Si este es tu caso, lo mejor que puedes hacer es ir directamente donde esa persona, sentarte con él (o ella) y decirle más o menos lo siguiente:

“Mira, yo quiero iniciar este proyecto, es importante para mí y no quiero morirme sin siquiera haberle dado un buen intento. Pero el único motivo por el que no lo he hecho es porque no quiero decepcionarte. Es un camino largo y difícil, pero quiero recorrerlo y llegar hasta el final. Necesito asegurarme que cuando tropiece en una etapa del camino, tu reacción no me destruya”.

Con algo de suerte esa persona va a dejar de ser el motivo por el cual no lo intentas y pasará a ser alguien que te apoye, te impulse y te ayude a levantarte cuando tropieces.

3- Entiende bien tus opciones

El miedo al fracaso es también querer tomar la decisión correcta, es no querer hacer algo que te perjudique o que perjudique a los demás; con frecuencia, nos abruma el no saber cuál es la mejor forma de proceder, tanto que a veces nos hacemos los locos y dejamos el problema para más adelante, evitamos tomar una decisión y dejamos que el tiempo pase y pase, o dejamos que la vida y sus azares termine decidiendo por nosotros.

Pero como dijo el expresidente de Estados Unidos Theodore Roosevelt:

Cuando debes tomar una decisión, lo mejor que puedes hacer es tomar la decisión correcta, lo segundo mejor, es tomar la decisión incorrecta, pero lo peor que puedes hacer, es nada”.

Claramente, el escenario ideal que todos deseamos y buscamos es tomar la decisiones correctas, pero equivocarse no es el fin del mundo; de hecho, es muy positivo, incluso en algunos escenarios puede llegar a ser más positivo que acertar. Porque si tomas la decisión y resulta que no era la correcta, primero aprendes que por ahí no era y puedes corregir, segundo aplacas tu ego y tercero te vuelves más resistente.

Lo importante es entender que siempre la peor elección es no tomar ninguna decisión; porque renuncias al control de la situación, pierdes la sensación de control sobre tu vida y te conviertes en una hoja flotando en el agua, yendo para donde la corriente la lleve; porque te conviertes en alguien no confiable, pierdes la confianza de la sociedad y la tuya, porque el mundo esperaba algo de ti y no se lo diste; porque vas quedar condenado a cargar por siempre con el peso del no saber qué habría pasado si hubieses hecho esto o aquello.

Por eso, cuando llegue el momento donde debas tomar una decisión. Esta bien, dedícale un tiempo prudente y coherente a analizar la situación y sus posibles desenlaces, pero luego toma tu decisión y actúa. No te quedes pensando, meditando, analizando, comparando y volviendo a pensar y a meditar y así indefinidamente.

 

Sé la persona que toma las decisiones de tu vida, sé la persona que la dirige.

Conclusiones

Si quieres que el miedo al fracaso no te paralice, te haga desperdiciar tu potencial y botar a la la basura tus sueños; entonces, debes hacer una introspección para decidir tus objetivos, prioridades y para definir claramente lo que para ti significa ganar; debes pasar por un filtro las opiniones de los demás, aceptando las constructivas, desechando las inaportantes y confiar en tu criterio; debes intentar obtener el apoyo de las personas que más influencia tienen en tu vida; y debes entender que lo más importante para avanzar con tu vida y con tus proyectos es tomar decisiones y actuar… si resultan ser las decisiones correctas, bien, pero si son las incorrectas, pues bien también, porque aprendes, corriges y vuelves a intentar.

Si sigues estos principios, vas a lograr desarrollar una perspectiva que te va a permitir perseguir tus objetivos y buscar la vida que realmente quieres vivir.

TL;DR (Too Long; Didn’t Read)

Uno de los miedos más comunes y perjudiciales es el miedo al fracaso. Nadie quiere sentir la crítica, la desaprobación, las burlas ni la humillación de los demás, este temor con frecuencia hace que abandonemos nuestros proyectos y sueños mucho antes de siquiera intentar darles vida.

El miedo al fracaso ataca normalmente cuando queremos hacer algún cambio en nuestras vidas (iniciar un proyecto, cambiar de trabajo, mudarnos, etc); todos somos vulnerables a él y si no encontramos cómo controlarlo, corremos el riesgo de estancarnos y vernos forzados a vivir una vida que no nos satisface; por eso, es importante aprender a enfrentarlo y vencerlo.

    1. Define lo que significa ganar: En cada etapa de tu vida debes analizarte y encontrar lo que quieres y buscas; después, define lo que para ti significa ganar. No dejes que los demás lo definan por ti, ganar no tiene que significar dinero y fama.
    2. Acalla las voces de terceros: Primero, entiende que tú eres el único que tiene el contexto “total” de tu vida y eso te hace la persona más apta para decidir qué camino tomar y cómo actuar; escucha las opiniones de los demás pero nunca las pongas por encima de las tuyas. Segundo, identifica a quienes no quieres decepcionar y asegúrate de hablar con ellos, explícales tus intenciones e intenta convertirlos en un apoyo.
    3. Entiende la importancia del actuar: Entiende que cuando la vida te pide que tomes una decisión, lo mejor que puedes hacer es tomar la decisión correcta, lo segundo mejor, es tomar la decisión incorrecta, pero lo peor que puedes hacer, es no hacer nada.

No permitas que el miedo a fracasar te haga vivir una vida que no quieres vivir.

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