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No a todo el mundo es bueno leyendo… (Yo, por ejemplo)

Así que este artículo está en varias versiones para que lo consumas como más te guste.
(Todas dicen más o menos lo mismo)

Cuando nos ponemos a indagar acerca de la vida y específicamente sobre la vida humana, encontramos en la gente todo tipo de opiniones y puntos de vista; muchas personas se refieren a ella como un milagro, otras personas no le ven ningún valor, algunos simplemente se muestran indiferentes y sin interés ante el tema, ciertas personas sólo la ven como una serie interminable de sufrimientos y sienten resentimiento hacia ella. Hay tanta variedad de pensamientos que algunos incluso creen que la humanidad fue creada por extraterrestres y somos un tipo de experimento, mientras otros piensan que somos una simulación de computador al mejor estilo de la Matrix.  Por mi parte, yo me considero una persona bastante escéptica, curiosa y analítica. Después de gastarle un buen tiempo y haber considerado a profundidad el tema, me declaro un enamorado de la humanidad y quiero compartir el viaje mental que me llevó a esta conclusión.

Antes de empezar

Cuando observo a las personas que me rodean, con cierta frecuencia encuentro comportamientos y sentimientos que considero tóxicos tanto para la misma persona como para la sociedad en general, esto me entristece. Veo a personas en un estado constante de sufrimiento porque se sienten víctimas de la vida y la sociedad. Veo en algunas personas, una falta de empatía que les impide entender a los demás y los lleva a crear juicios rápidos y mal fundamentados. Veo a mucha gente que siente que las cosas están tan mal, que no ven para qué traer hijos al mundo. Incluso, encuentro con mucha frecuencia posiciones radicales como los que dicen que debido al daño que los humanos le hemos hecho al planeta lo mejor que podría suceder es que nos extinguiéramos. Encuentro deformaciones de la humanidad como cuando la gente vuelca su foco y su amor hacia los animales a un punto tal que declaran sin titubear que prefieren que muera un humano antes de que sufra algún animalito (llámese perro, gato, vaca, tigre, o cualquier otro). Todo este tipo de comportamientos e ideologías, atentan contra la humanidad en general y contra el mismo individuo por su condición humana, y nacen en su mayoría de no ver el valor de la raza humana y de una falta de entendimiento de nuestra naturaleza como raza.

Personalmente no me gusta utilizar argumentos religiosos ni basados en la fe ciega para comunicarme ni para argumentar un tema, porque son posiciones con las que cada persona ha tenido ya su experiencia y ha desarrollado una predisposición a escuchar o a cerrarse. Yo prefiero hacer mis análisis y argumentos partiendo de la historia, usando la lógica y un poco de estadística, buscando crear conceptos con bases firmes y no fácilmente refutables, por lo menos desde una posición lógica.

Viaje veloz por la historia

Para crear una noción bien asentada del valor de la humanidad vamos a hacer un recorrido muy rápido y resumido por la historia del universo, el planeta y la humanidad. Debo advertir que me basaré en los hechos según nos los narra la ciencia al día de hoy, así que si tienes una posición ideológica o religiosa radicalista y te ofende que alguien considere posiciones diferentes a la tuya con respecto al origen del universo, este es un buen momento para dejar de leer este texto.

Hace un poco más de 13 mil millones de años (13,7×10^9) empezó la historia del universo con el Big Bang, las primeras partículas de materia que aparecieron fueron los átomos más básicos, que son los de hidrógeno (1 electrón y 1 protón), luego la gravedad empezó a acumularlas, creando conjuntos cada vez más, y más densos, pero no sólo los juntaba sino que los hacía chocar unos con otros, esto generaba calor y fue así como unos 200 millones de años más tarde aparecieron las primeras estrellas. El calor que se genera en las estrellas es tan alto, que se convierte en una especie de horno que funde estos átomos básicos, creando otros más complejos y eventualmente, cuando la estrella explota manda todos esos nuevos elementos a viajar por el espacio. Es así como todos los otros elementos y moléculas aparecen en la historia; y cuando vuelven y se aglomeran por la gravedad se forman los planetas, que son básicamente conjuntos de materiales más complejos.

Fue siguiendo esta dinámica, que hace algo más de 4 mil millones de años (4.5×10^9) apareció nuestro sistema solar y allí resultó haber un planeta con unas características muy peculiares, la Tierra. Primero resultó que entre todos los materiales que la formaban había uno especial en grandes cantidades, el agua. Este, jugaria un papel fundamental, pues permitiría que los otros elementos y moléculas, se encontraran, interactuaran y reaccionaran entre sí. Pero para realizar esta tarea debía estar en su estado líquido, lo que significa que el planeta no podía estar ni muy cerca al sol ni muy lejos, y resulta que este planeta estaba a una distancia perfecta, que le permitía tener agua circulando en sus tres estados. Además, este planeta tenía un núcleo caliente y un sistema volcánico que hacía recircular todos los elementos básicos que más adelante permitirían la aparición de la vida. 

Aparte de estas condiciones escasas pero básicas, hay una gran cantidad de condiciones más específicas y fundamentales sin las cuales la vida no habría podido surgir; por ejemplo, el campo magnético que rodea la tierra, que además de hacer que nuestras brújulas funcionen, sirve como escudo ante la radiación con la que el sol nos está constantemente bombardeando, evitando que llegue a la superficie de la tierra y acabe con todos los seres vivos. Este campo se genera al parecer porque hay unos metales fundidos circulando en el núcleo de nuestro planeta, otra condición afortunada. 

Dadas todas estas condiciones favorables empieza a aparecer lo que conocemos como vida que es en su forma más básica el ADN, un componente que tiene dos características, que es capaz de clonarse y que cada cien mil clonaciones una falla sucede. Que se duplique implica que se reproduce, y que a veces la clonación no sea perfecta es lo que permite la evolución, pues esta nueva versión de ADN o muere, o, si logra adaptarse al ambiente se sigue reproduciendo creando una nueva “especie”. Es así como inicia un muy lento y largo proceso de evolución, cada vez aparecía vida más compleja hasta llegar hace unos 600 millones de años a organismos multicelulares como las plantas, mamíferos, hongos y entre ellos dinosaurios. 

En esta época la tierra era muy diferente, el orden de la cadena alimenticia estaba encabezada por los dinosaurios, hasta que hace unos 65 millones de años un gran asteroide cayó en México, esto acabó con los dinosaurios, cambió las condiciones naturales y permitió que las pequeñas especies como los mamíferos empezaran a prosperar.

En este nuevo escenario el tiempo siguió corriendo, la evolución sucediendo y hace unos 200 mil años aparecieron los humanos, una especie con un set de características muy especiales y particulares. Una capacidad de adaptación excepcional, un cerebro capaz de analizar e imaginar, con la capacidad de sentir empatía y hermandad, lo que desarrolló una estructura social fuerte. Pero la característica fundamental fue la capacidad de desarrollar un lenguaje, hasta ese momento los cerebros habían sido exitosos en el camino evolutivo porque permitían adquirir información en tiempo real, pero el problema es que una vez el individuo moría, la información recolectada se perdía. El lenguaje permitió transferir una parte de esta información adquirida a la siguiente generación y así no tener que empezar de cero, fue entonces como se creó una memoria colectiva que iba avanzando y perfeccionándose generación tras generación.

Estas características nos permitieron prevalecer como especie; nos esparcimos por todo el mundo y luego aprendimos a cultivar, a criar animales en granjas y descubrimos que los combustibles fósiles, estos sucesos dieron a nuestra raza una abundancia de recursos energéticos que nos permitió multiplicarnos y florecer como sociedad.

Para terminar este breve recorrido, es importante resaltar lo que ha venido sucediendo en los últimos 500 años, donde iniciando con inventos como la navegación, el telégrafo y llegando hasta el Internet y los celulares, se ha venido cocinando el proceso de la globalización. Este es un fenómeno enorme, al habilitarse la comunicación entre todos los humanos del planeta se ha formado una memoria y conciencia colectiva mundial formada por 7 mil millones de individuos. Esta memoria colectiva mundial es algo que le ha dado a la humanidad mucho poder, pero es a su vez algo muy delicado porque  se puede salir de nuestro control, es un tema interesante y profundo que se sale del alcance de este artículo y que merece futuro estudio y análisis.

Reflexiones

Cuando pienso en toda esta historia no puedo evitar preguntarme. ¿Cuántas cosas podrían haber salido mal?

¿Qué pasaría si en el momento de formarse el planeta no hubiese quedado conformado con las suficientes cantidades de Carbono, Hidrogeno y Oxigeno?

¿Qué tan fácil habría sido que la Tierra quedara un poco más cerca, o un poco más lejos del sol, o que el sol hubiese sido un poco más grande o un poco más pequeño, manteniendo el agua permanentemente en estado gaseoso o sólido?

¿Qué hubiese sucedido si el centro del planeta no fuera lo suficientemente caliente y activo para hacer circular todos los elementos necesarios para que la vida surgiera?

O ¿que tal que en el centro de la tierra no estuvieran circulando los metales que generan el campo magnético y toda la radiación del sol llegara a la superficie de la tierra?

Cuando analizo todas esas condiciones tan poco probables que tuvieron que darse, y en las muchas otras que seguramente se me escapan, se vuelve evidente lo rara y preciosa que es la vida. Además, también salta la idea de cuán difícil es que haya vida en otro lugar del universo. 

Ahora yendo un paso más adelante y considerando todas las otras “casualidades” que debieron darse para que la humanidad surgiera, me pregunto, ¿qué tan poco probable es que exista humanidad?

¿Y si el meteorito no pega?, si el asteroide viniese 10 minutos antes o 10 minutos después, la tierra en su traslación se habría quitado de su camino y nunca habría impactado. Lo mismo habría sucedido si la velocidad o la dirección fuera diferente en la más mínima cantidad. Y si el meteorito no golpea la tierra, las condiciones para que los humanos surgieramos nunca se habrían dado.

Además, en el camino de la evolución alguna otra especie podría haber prevalecido, o cualquier otra condición habría podido ser diferente y la raza humana nunca habría visto la luz del día. Quién sabe cuántos eventos de destrucción masiva pudieron haber sucedido o quizá estuvieron a punto de suceder en estos 200 mil años, que eliminaran la raza humana del planeta. Quién sabe de cuantos otros meteoritos similares nos hemos salvado. Y considerando lo frágiles que somos como raza, que en pleno siglo XXI el virus COVID-19 puso en jaque a todo el planeta, me pregunto ¿cuántas pestes y cuántas guerras han amenazado nuestra raza en el pasado y las hemos logrado sobrevivir?.

Reflexionando sobre todos estos eventos que debieron suceder para que la humanidad surgiera, todos los eventos que pudieron eliminarnos, pero no lo hicieron, y todas las amenazas que sobrepasamos para todavía existir. Es difícil creer que estemos aquí, sin embargo, aquí estamos.

Cuando le asignamos valor a algo, uno de los factores principales que influyen en esta decisión, es qué tan común es o qué tan fácil es de encontrar. De esta forma, cuando algo es único, irremplazable o al menos muy escaso, es algo que consideramos de muy alto valor. Es el principio por el cual el oro y los diamantes son materiales tan cotizados, también es el mismo fenómeno que sucede cuando nos enteramos que alguna especie animal está al borde de la extinción, la idea de que desaparezca algo único, nos urge a poner especial atención y cuidado en ella debido a su alto valor. Por tanto, si la sola vida es preciosa e invaluable por lo improbable, por lo escasa y única. La existencia de la raza humana es muchísimo más improbable, irreplicable y valiosa.

Además, considerando que según la teoría del Big Bang el universo tiene una cantidad de energía y materia finita, y que solo ha existido por 13,700 millones de años; podemos concluir que es muy poco probable que exista vida en otros planetas y que es mucho menos probable que exista vida inteligente. Por lo tanto, hay que apreciar, valorar y cuidar esta humanidad como la joya única que es. Incluso, si resulta  existir en otro lado del universo una especie con características similares o superiores a la humana, es innegable el gigantesco valor estadístico que tiene la humanidad. Es por esto que yo personalmente, me considero muy afortunado y me declaro 100% humanista, enamorado de mi especie, aceptando sus imperfecciones y entendiendola como parte de su ecosistema. Lo que significa que yo si quiero, aprecio y valoro a las plantas, animales y todos los otros actores del ecosistema, pero quiero, aprecio y valoro aún más, a los humanos.

Conclusión

La vida humana es hermosa por su complejidad, belleza y sus dinámicas; sin embargo, estas pueden considerarse percepciones subjetivas. El verdadero valor innegable de la humanidad está en su inmensa improbabilidad. Esto no significa que sea perfecta, no significa que los humanos no nos equivoquemos y cometamos graves errores, no significa que no tengamos mucho que aprender y corregir, no significa que no tengamos miles de retos todavía por enfrentar, incluso, no significa, que que no sea posible que algún día provoquemos nuestra propia destrucción. Simplemente significa que la raza humana y su ecosistema son en mi opinión el evento o suceso más bello, precioso y valioso que se conoce en el universo. Es una bendición enorme el hacer parte de ella, el poder disfrutarla y experimentarla. Y es por esto que la humanidad merece toda nuestra atención, cuidado, esfuerzos y sacrificios para ayudar a conservarla y hacerla progresar.

¿No estás convencido?

¿Llegaste hasta este punto pero todavía tienes dudas?; tal vez, ¿no fui lo suficientemente claro con la explicación de mi lógica?; o ¿entendiste lo que estaba tratando de decirte, pero no te convence al 100%?; Tal vez ¿encontraste un error en mi historia o en mi interpretación estadística y eso te hace desconfiar de todo el concepto?; si este es el caso miralo entonces como una verdad pragmática.

Piensa, que si decides aceptar y creer, que efectivamente la existencia de la raza humana es el evento más precioso y único que ha sucedido en el universo, entonces lo que va a pasar es que vas a querer y apreciar más a tu especie, vas a sentirte más afortunado y agradecido por ser parte de ella, vas a tener un incentivo fuerte para animarte a hacer tu parte y contribuir al bienestar de la humanidad, y si tomas este camino, vas a encontrar mejores relaciones sociales, mejor relación personal interna (vos con vos), vas a encontrar propósito para tu vida y en general mayor sensación de satisfacción y felicidad.

TL;DR (Too Long; Didn’t Read)

A través de la historia del tiempo, la cantidad de eventos poco probables que debieron suceder para que la vida surgiera, la hacen especial y valiosa por su improbabilidad. De la misma forma, después de que la vida surgió, la cantidad de condiciones que se debieron dar y eventos que debieron suceder para que la humanidad apareciera hacen de la vida humana una joya de inmenso valor y única en el universo. 

No significa que la humanidad sea perfecta, ni que no tenga mucho por mejorar. Sólo significa que al ser lo más valioso que se conoce en el universo merece nuestra atención, cuidado y esfuerzos.

4 Comments

  • Fabián says:

    Yo también fui “escéptico” por cerca de 36 años. Pero ante la incontestable evidencia de nuestra excepcional existencia no me quedó más que aceptar la existencia de un mundo que, aunque no podemos ver, podemos intuir y percibir. Comprendo tu recta intención de sacar a Dios de la ecuación. Ojalá lleguen nuevos días donde podamos comprender que somos más que la mezcla azarosa de materia, espacio y tiempo.

    • danielcanog says:

      Hola Fabian, gracias por tu comentario.
      Yo no estoy en contra de la religión, pero me gusta trabajar mis argumentos desde un punto neutro, basándome en la física y la historia, para poder resonar con la razón tanto del creyente como del no creyente… Mi intención en ningún momento es crear debate ni atacar ninguna teoría, solo es exponer una mirada diferente y poco convencional al asunto de por qué la humanidad es valiosa y tratar así de ayudar a generar una sensación de aprecio y compromiso por nuestra existencia.

  • Caro Daniel,
    Con toda sinceridad, me gustó mucho tu texto y pretendo compartillarlo con colegas. Tengo mis dudas a respecto de algunas posiciones tuyas, pero en este momento no tengo como responder en razón de estar viajando. A mi vuelta lo haré.
    Un gran abrazo.
    Mi dirección de e-mail es Juan Koffler – johnny.koffler@hotmail.com – Blumenau – SC – Brasil

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