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No a todo el mundo es bueno leyendo… (Yo, por ejemplo)

Así que este artículo está en varias versiones para que lo consumas como más te guste.
(Todas dicen más o menos lo mismo)

Vivimos en una sociedad obsesionada con el dinero y el poder. Pensamos que el dinero nos da comodidad, estatus y que nos soluciona los problemas; por otra parte, solemos anhelar el poder, pensamos que es mejor mandar que ser mandados, pues ser subordinados con frecuencia nos genera impotencia y frustración. 

Es cierto que tanto el dinero como el poder son grandes fuerzas que nos dan muchas posibilidades y nos abren muchas puertas, sin embargo, así como pueden hacernos crecer y servirnos para ayudar a más personas, también nos pueden destruir y corromper. Hacer que nuestra meta sea conseguir dinero o poder es un camino que lleva a la frustración y a la infelicidad, pues ellos por sí solos son fuerzas vacías, neutras, que no van a hacerte crecer ni a hacerte feliz; el dia que logres tener dinero y poder, sí, vas a poder comprar muchas cosas, e incluso dirigir a otras personas; sin embargo, vas a seguir siendo el mismo por dentro, tus valores y principios permanecen, al igual que tus dudas, inseguridades y demonios, y deberás en ese momento enfrentar el hecho de que eso que has venido persiguiendo, que le has invertido tiempo y por lo cual has sacrificado tanto no te da, ni te va a dar ninguna sensación de propósito ni de felicidad. 

Debemos fijarnos objetivos más grandes y significativos, unos objetivos que sean nuestro norte y le den una sensación de propósito a nuestra vida;  ver al dinero y al poder como lo que son, como una herramienta muy útil que nos puede abrir puertas, traer nuevas posibilidades y ayudar a llegar más lejos en la búsqueda de nuestros verdaderos objetivos.

La situación actual

El poder y el dinero parecen ser las dos fuerzas principales que mueven nuestro planeta, mueven la economia, la politica e inevitablemente moldean nuestra sociedad; en ella, se ha desarrollado una obsesión bastante marcada hacia el tener mucho dinero y ubicarse en una posición de poder, esto se ha convertido en el propósito principal de muchos individuos, grupos y empresas. 

Obsesión de poder

Las posiciones de poder se suelen buscar por diferentes motivos, dentro de las organizaciones por ejemplo, los puestos de mayor rango o de mayor poder suelen ser anhelados porque se piensa que traen consigo más libertad y comodidades, muchos piensan que al ascender van a poder gozar de una mayor flexibilidad en horarios, de pronto piensan que tendrán que trabajar un poco menos, o creen que van a tener una mayor comodidad en la oficina; otros, buscan erradamente compensar inseguridades y complejos de inferioridad buscando posiciones que los hagan sentir con poder y control sobre los demás; también están los que desean poder dirigir o influenciar a más gente para lograr algún objetivo político, empresarial o social; pero probablemente el motivo más común por el cual las personas suelen buscar el poder es para conseguir dinero.

Obsesión de dinero

Por otra parte, en nuestra sociedad el bien más buscado es el dinero; el principal motivo por el cual se busca es para cubrir las necesidades básicas,  pagar por un lugar donde vivir, tener acceso a servicios básicos, conseguir qué comer, cómo transportarnos y ocasionalmente darnos algún gusto o buscar alguna distracción. Este uso del dinero es sano porque se utiliza es como una herramienta para vivir dignamente, incluso está bien buscarlo para ayudarnos a montar algún proyecto, empresa o perseguir algún objetivo importante que tengamos. 

La obsesión perjudicial se empieza a formar cuando buscamos el dinero porque creemos que con él nuestros problemas van a desaparecer; o cuando lo buscamos con la idea de mejorar nuestro estatus social, porque pensamos que el tener un carro lujoso, ropa de marca o asistir a restaurantes y bares elegantes, nos va a hacer que seamos más aceptados y por ende más valiosos; también, cuando pensamos que el dinero es un requisito para tener relaciones que valgan la pena, porque es una obligación dar regalos a nuestros amigos o invitar a salir a nuestra pareja; o incluso, cuando pensamos que para ser felices necesitamos comprar todas las cosas bonitas y experiencias maravillosas que nos venden.

Este tipo de relaciones tóxicas con el dinero son muy comunes y es muy fácil caer en ellas porque son un montón de ideas que si bien no son del todo ciertas, si tienen bases reales, son algo más como interpretaciones deformadas del uso que se le puede dar al dinero. Por ejemplo, sí, es cierto que en la vida se nos pueden presentar diversos problemas que se pueden arreglar con el dinero, sin embargo, la gran mayoría requieren mucho más para ser solucionados; sí, es cierto que existe una reacción natural en la sociedad de admiración, reconocimiento y aceptación hacia las personas con alto poder adquisitivo, y que incluso muchas relaciones personales se pueden derivar de esta dinámica, pero la verdad, es que este estatus que te logra dar el dinero es básico y superficial, no significa que sea falso o inútil, significa que si quieres realmente construir relaciones significativas u ocupar una posición privilegiada en la sociedad debes ganartelo con tus principios, tu carisma y tus actos; de la misma forma, sí, es cierto que tener detalles con los amigos y con tu pareja es algo que ayuda a fortalecer la relación, sin embargo, no es lo único, para crear una relación sólida debe haber compatibilidad de intereses y principios; lo mismo sucede con la búsqueda de la felicidad por medio de adquirir bienes y pagar por experiencias, sí, es cierto que cuando compramos algo que deseamos se siente muy bien, sin embargo, es una sensación temporal, en el momento en el que nos acostumbramos a nuestra nueva adquisicion esa sensación de felicidad desaparece, las experiencias por su parte funcionan mejor y son definitivamente una mejor inversion, ellas generan esa sensación de felicidad no sólo en el momento en el que las vives, sino que también al recordarlas, ambos eventos funcionan y se sienten bien, el problema es por un lado pensar que sólo los objetos y las experiencias pagas y costosas son las que sirven, pues cualquier adquisición o cualquier experiencia agradable va a generar este mismo efecto, y el otro problema es pensar que esta es la única forma de sentirse felices, la felicidad es más un estado de ánimo y esa sensación de alegría y satisfacción se puede conseguir de muchas maneras (la felicidad es un tema muy profundo que requeriría su propio post o su propio libro y que definitivamente se sale del alcance de este artículo).

Influencia capitalista

Además, estas ideas erradas sobre el dinero, el estatus y la felicidad se refuerzan porque vivimos en un sistema capitalista cuyo objetivo es hacernos gastar la mayor cantidad de dinero posible, para lograrlo, nos bombardean constantemente con mensajes, publicidades e ideas que buscan antojarnos de diferentes productos y servicios. Buscan hacernos sentir que necesitamos el producto X o la experiencia Y para ser felices; que la vida es más sabrosa si usas el jabón que huele rico, las ollas más costosas o el colchón más cómodo; y que la gente te va a querer más si tienes el carro más elegante, usas la ropa de marca o si tuviste las vacaciones más impresionantes. Esta maquinaria capitalista tiene sus objetivos claros, tiene su estrategia definida y la ejecuta sin piedad, funciona muy bien y no sólo logra meter estas ideas a nuestras cabezas sino que logra implantarlas en la misma sociedad.

El verdadero problema de estos mensajes con los que nos bombardean y de este énfasis especial que se hace en la importancia del dinero, es que se distorsiona la realidad, empieza a aparecer la idea de que el dinero y el poder es lo más importante en la vida y muchas personas hacen que su objetivo principal sea conseguirlo y es en este momento que empieza el sufrimiento. 

El dinero como norte

Por una parte, el camino a “conseguir mucho dinero”, si bien existe y en ocasiones sí lleva a la persona a lograrlo, es un camino no garantizado, es más, es un camino donde lo más probable es nunca lograr llegar a esa posición que se busca, porque es un camino que normalmente te lleva a tratar de tomar atajos, engañar, sacar ventaja y en general a tomar malas decisiones. Por otra parte, es un camino que también te lleva normalmente a sacrificar o comprometer tus principios, tus relaciones e incluso las oportunidades que realmente te pueden ofrecer una vida más satisfactoria. En general, esta obsesión te lleva por un camino lleno de ansiedad y frustración, un camino que no busca satisfacerte con el crecimiento personal sino con el aparentar, metiendote en un ciclo sin fin de compras pues siempre va a haber una nueva prenda o un nuevo celular que te va a “hacer sentir mejor”.

Incluso, si logras llegar a esa posición de poder y riqueza que perseguías y que era tu máximo objetivo, lo que vas a encontrar es frustración y depresión, porque, sí, vas a lograr comprar lo que quieras y vas a lograr pagar por las vacaciones increíbles que soñaste, pero tú vas a seguir siendo el mismo, si tenías dudas, miedos e inseguridades ellas van a seguir ahí, si te sentías feo, débil o estupido eso no lo va a arreglar el dinero.

Además, si no has venido construyendo relaciones significativas con los demás o si incluso las has venido sacrificando en tu camino, los amigos valiosos no van a  aparecer de la nada, es más, de ese momento en adelante vas a tener mayor dificultad tratando de diferenciar entre quienes te aceptan a tí como persona y quienes simplemente por el dinero que tienes; como si fuera poco, tarde o temprano vas a darte cuenta que ese dinero y ese poder no significan nada importante, no te hacen una mejor persona ni le dan sentido a tu vida y en ese momento vas a tener que reconocer que estuviste persiguiendo las cosas equivocadas, aceptar que muchos de los sacrificios que hiciste no valían la pena y plantearte nuevos propósitos e ir tras ellos. 

Visión objetiva

El dinero definitivamente sirve, te abre puertas, te da capacidad adquisitiva, te permite invertir, contratar, construir, te permite ayudar a los demás y en últimas te da poder; el poder por su parte también es sumamente útil, te permite esparcir tus ideas, hacer escuchar más tus mensajes y también te permite dirigir a otras personas, logrando así una mayor fuerza para sacar tus proyectos adelante más rápido y hacerlos llegar más lejos. Pero como podemos ver estas son sólo herramientas, ellos por sí solos no son ni buenos ni malos, son neutros, tampoco le dan un objetivo ni sentido a la vida, son sólo potencializadores. 

Hay gente que consigue dinero y poder y les va mal, son incontables los casos de personas adineradas que caen en depresión o en algún vicio como drogas, sexo o apuestas, de igual forma, hay mucha gente que llega al poder y son malas personas, muchos se corrompen se vuelven avaros, pasan por encima de los demás y en últimas se construyen una mala imagen y se ganan el repudio de muchos. Sin embargo, también abundan los casos donde la gente usa el dinero y el poder para el bien, hay muchos filántropos que utilizan sus recursos para ayudar a otras personas o al medio ambiente, hay gobernantes que realmente se preocupan y se esmeran por ayudar a su comunidad, hay famosos que usan su posición para esparcir mensajes educativos y constructivos, a este tipo de personas el dinero y el poder realmente les trae consecuencias positivas y felicidad. 

Esto sucede porque el dinero y el poder simplemente te exponen, hacen que sean más visibles tus valores, tus principios y fortalezas, pero también tus debilidades, inseguridades y demonios. Hacen que tus actos tengan un mayor alcance e impacto, hacen que más personas sufran por tus malos actos o que disfruten de tu buen actuar.

Por esto es que es necesario que por debajo del dinero y el poder haya una base sólida de principios y valores; que se tenga un objetivo más significativo, algo que trascienda el interés individual y egoísta, algo como ayudar otras personas, luchar por la naturaleza o aportar a la humanidad; se debe tener claro que el desarrollo personal es más importante y que no se debe detener nunca; y se debe tener una actitud humilde cuando se tiene dinero y poder, reconocer que para llegar ahí no sólo fue mérito sino también suerte, verlo como el privilegio que es, apreciarlo y aprovecharlo.

Los caminos 

La verdad es que hay innumerables caminos para lograr riqueza y poder, pero se pueden simplificar en 3 caminos, el fácil, el de la suerte y el difícil. 

El fácil es el camino que normalmente se busca cuando se tiene como objetivo principal la búsqueda de dinero y poder, es un camino que normalmente implica engaños, robos, mentiras y corrupción; que realmente logres cumplir tu objetivo por este medio es poco probable, aunque no imposible, sin embargo, incluso teniendo éxito y logrando conseguir riquezas o poder, al final, lo más seguro, es que vas a terminar con una sensación de vacío, vas a corromper tus principios y a hacer que los que te rodean te odien y te desprecien. 

El camino de la suerte es ese que te lleva a conseguir dinero o poder por esas casualidades de la vida, tal vez porque lo heredaste, de pronto te ganaste la lotería, quizás montaste un negocio que funcionó super bien en el primer intento, o tal vez tuviste la suerte de tener un talento innato para el deporte o las artes que te llevó muy rápidamente a la fama, este es un camino que no se puede buscar, forzar, ni se debe esperar, éste realmente casi nunca sucede, sin embargo, ocasionalmente simplemente aparece. Cuando alguien llega a la fama y consigue dinero de esta forma realmente es una situación delicada, este poder lo puede destruir si no se tienen suficientes principios y valores previos, si no se interpreta su situación como afortunada, si más bien se piensa que obtuvo su dinero por mérito propio o si no logra encontrarle un sentido a la vida y darle un propósito por fuera de la fama y el poder; sin embargo, si la persona entiende su posición afortunada, mantiene su humildad, acepta que su proceso de crecimiento personal debe continuar, y logra darle un propósito mayor a su vida, va a lograr sacar provecho y disfrutar de su posición privilegiada.

El último camino es el camino difícil o el de “pagando la entrada”, este es el camino que busca el exito a traves del trabajo, del esfuerzo y la perseverancia, es el camino donde hay que arriesgarse, hay que fallar, hay que aprender y hay que volver a intentar, este es el camino del verdadero mérito, primero se fija un propósito, normalmente algo diferente al conseguir dinero y poder, luego se trabaja hasta lograrlo, luego se evalúan los resultados y se vuelve a iniciar el proceso. Este camino está disponible para todos y funciona muy bien, funciona porque primero se parte de un objetivo importante y significativo, luego el esfuerzo prolongado e intencional trae aprendizaje y mejora en la calidad de nuestro trabajo y normalmente un trabajo de buena calidad trae reconocimiento y dinero; por otra parte, el trabajar, fallar, volver a intentar hasta lograrlo te hace valorar y apreciar cada logro pues eres consciente del esfuerzo y sufrimiento que este requirió, además, te muestra de primera mano que tus logros son una parte mérito propio, otra parte ayuda externa o destino, lo que te ayuda a mantenerte humilde y agradecido. Y como tienes un propósito mayor que le da sentido a tu vida, la llegada del dinero y poder sólo va a hacerte crecer y sentir mejor pues te va a servir para perseguir tus objetivos con más fuerza, llegar más lejos y dejar una huella más fuerte en los temas que realmente te interesan.

Conclusión 

Debemos tener muy claro la característica neutra del dinero y el poder, reconocerlos como herramientas útiles; sin embargo, tener presente que éstos solos nunca le van a dar sensación de satisfacción y sentido a nuestra vida, debemos ser conscientes que nuestra sociedad nos va a decir lo contrario porque vivimos en un sistema capitalista que sólo busca la transacción, por lo tanto, debemos estar atentos y no dejarnos convencer de las ideas consumistas que nos presentan. Recordar que para vivir tranquilos sólo necesitamos cubrir nuestras necesidades básicas y uno que otro gustico ocasional para descansar o romper la rutina, que el dinero que consigamos por encima de esto lo debemos utilizar para perseguir nuestro propósito de vida o para ayudar a los demás, que son las únicas dos aplicaciones que realmente van a lograr darte una felicidad duradera.

En la vida sólo tenemos dos tareas principales, encontrar quien queremos ser y convertirnos en esa persona que queremos ser, las tareas se deben ejecutar en ese orden y la segunda no puede empezar hasta que la primera se termine, debemos dedicar todo nuestro tiempo y energía a esta labor, sólo así vamos a lograr esa sensación de avance y progreso que son las que realmente nos van a permitir disfrutar la vida y sentirnos satisfechos con ella, dejemos que el dinero y el poder lleguen de forma natural como consecuencia de la calidad de nuestro trabajo, y cuando lleguen usémoslos como combustible para perseguir nuestros propósitos, hacer que nos ayuden a llegar más lejos y a impactar más gente. Esta, es en mi opinión, la forma correcta de pensar en el dinero y el poder.

TL;DR (Too Long; Didn’t Read)

Nuestra sociedad está obsesionada con el dinero y el poder, y esto ha hecho que muchas personas tengan como el propósito de su vida el conseguirlo; pero este es un objetivo vacío y nunca va a lograr hacerte sentir que tu vida tiene un sentido. El dinero y el poder son simplemente herramientas neutras, te pueden ayudar a crecer y a cumplir tus objetivos o te pueden corromper, deprimir y destruir.

Debemos primero buscar un propósito para nuestra vida, que nos guste y nos haga sentir que tiene un sentido, debemos dedicarle toda nuestra energía y debemos dejar que el dinero y el poder lleguen como consecuencia de nuestro trabajo y perseverancia; y luego utilizarlo para seguir persiguiendo nuestros objetivos. Esta es la forma correcta de pensar con respecto al dinero y el poder.

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